1 SEÑOR, yo te alabo porque tú me sacaste del peligro y no les diste motivo a mis enemigos de alegrarse con mi desgracia.
2 SEÑOR Dios mío, clamé por tu ayuda y tú me sanaste.
3 SEÑOR, tú me sacaste del lugar de la muerte; estaba al borde de la tumba y me diste vida.
4 Que canten al SEÑOR todos sus fieles seguidores y honren su sagrado nombre.
5 Porque su enojo dura sólo por un momento, pero su favor sigue dando la vida. Por la noche hubo llanto, pero al amanecer hubo canto.
6 Yo pensaba, muy seguro, que nada podía vencerme.