7 Tú eres mi refugio, me rodeas y proteges. Por todos lados te escucho gritándome alegremente que tenga en cuenta que tú me has salvado. Selah
8 «Te enseñaré y te mostraré el camino; te estaré observando y seré tu guía.
9 No sean como el caballo o como el mulo sin entendimiento, a los que hay que sujetar con rienda y freno porque si no, no se acercan a ti».
10 Los perversos reciben muchos sufrimientos. En cambio, quien confía en el SEÑOR está protegido por el fiel amor de Dios.
11 Por eso alégrense y sean felices en el SEÑOR. Alégrense todos ustedes gente honesta.