1 SEÑOR, no me reprendas con enojo. No me corrijas cuando estés muy molesto.
2 Me lanzas tus flechas y con tu mano me aplastas.
3 Debido a tu enojo obrando en mi cuerpo, no me siento bien. Por causa de mi pecado, mis huesos ya no están sanos.
4 Mi culpa pesa sobre mi cabeza como una enorme carga. Me estoy hundiendo.
5 A causa de estupidez, mis heridas van de mal en peor. Se pudren y dan mal olor.
6 Me la paso retorciéndome de dolor y vivo lamentándome.
7 Siento por dentro la fiebre ocasionada por una pena terrible; estoy completamente descompuesto.