3 En lugar de comida, tengo llanto. Me la paso llorando día y noche porque la gente me atormenta todo el tiempo preguntándome: «¿Dónde está tu Dios?»
4 Mi corazón se destroza recuerdo esto. Me acuerdo de cuando guiaba a las multitudes a la casa de Dios, de las alegres canciones de alabanza y agradecimiento de las multitudes en fiesta.
5 ¿Por qué tengo que estar tan angustiado y sufrir tanto? Confía en Dios. Volveré alabarlo por haberme salvado.
6 Dios mío, estoy tan deprimido aquí recordándote en este lugar, desde esta pequeña colina donde están el monte Hermón y el río Jordán.
7 Escucho el sonido del agua de tus cascadas, que sale de lo profundo de la tierra y cae gritando con fuerza en un pozo profundo. Tus fuertes olas me cubren y me ahogan.
8 El SEÑOR me muestra su fiel amor todos los días. Por la noche, yo le canto y elevo una oración al Dios que me dio la vida.
9 Al cantar, le pregunto a Dios, a mi roca: ¿Por qué te has olvidado de mí? Quiero saber por qué debo aguantar tanta crueldad de mis enemigos.