1 Dios es nuestro refugio y fortaleza. Él siempre está dispuesto a ayudarnos en los momentos difíciles.
2 Por eso no tendremos miedo, aunque la tierra sufra cambios y las montañas se precipiten al fondo del mar,
3 aunque rujan los mares y se agiten sus olas, y las montañas tiemblen a causa de su furor. Selah
4 Un río riega de alegría con sus corrientes la ciudad de Dios, el santo lugar donde habita el Altísimo.