1 ¡SEÑOR, escucha mis palabras! Presta atención a mis gemidos.
2 Mi Rey y Dios, escucha el grito de socorro que a ti suplico.
3 SEÑOR, tú escuchas mi voz cada mañana en oración; cuidadosamente te presentaré mi caso y esperaré atentamente tu respuesta.
4 Dios mío, a ti no te agrada el mal, no permites que los perversos estén cerca de ti.
5 No aceptas a quienes no te obedecen, rechazas a los que hacen el mal.
6 Los mentirosos están perdidos. El SEÑOR detesta a los violentos y a la gente que planea hacerles mal a los demás.