25 ¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, no quiero nada más en la tierra.
26 Puede que mi mente y mi cuerpo se destruyan, pero tengo a Dios que es la roca que amo; él es todo lo que necesito en mi vida.
27 Dios mío, los que se apartan de tu lado se perderán. Tú destruirás a quien no te sea fiel.
28 En cambio, yo he permanecido cerca de Dios y eso es bueno para mí. He puesto mi confianza en el Señor DIOS; les contaré a todos lo que has hecho.