1 ¿Por qué nos has dejado solos para siempre, Dios mío? ¿Por qué estás tan enojado con las ovejas de tu prado?
2 No te olvides del pueblo que adquiriste desde tiempos antiguos, al que rescataste para hacerlo tu tribu. Y recuerda el monte Sion, el lugar donde vivías.
3 Ven a caminar por estas ruinas antiguas; mira, el enemigo destruyó todo el Lugar Santo.
4 Ruge el enemigo en tu templo, y ha puesto sus banderas para demostrar que ha vencido.
5 Los soldados enemigos usaron hachas y machetes contra las puertas, como si estuvieran derribando bosque.
6 Con hachas y martillos destruyeron todas las piezas labradas en madera que había en tu templo.
7 Quemaron tu santuario; no respetaron el lugar que fue construido para honrar tu nombre.