14 Todos los días Dios los guiaba con una nube y todas las noches los guiaba con la luz del fuego.
15 En el desierto, partió las rocas en dos, y de lo profundo de la tierra les dio agua para beber.
16 De la tierra Dios hizo salir agua a torrentes; y de la roca la hizo bajar como ríos.
17 Sin embargo, ellos seguían pecando aun más contra él; se rebelaron contra el Altísimo en el desierto.
18 Cuando pasaron hambre y le pidieron comida, en su corazón lo estaban poniendo a prueba.
19 Ellos se quejaron de Dios y dijeron: «¿Será capaz Dios de darnos comida en el desierto?
20 Está bien que haya golpeado la roca e hiciera que de ella salieran ríos de agua, pero, veamos si puede darnos también pan y carne».