1 SEÑOR, qué bueno es agradecerte y entonarte canciones de alabanza, Dios Altísimo;
2 proclamar por la mañana tu fiel amor y por la noche tu lealtad,
3 al son del arpa, la cítara, la flauta y la lira.
4 SEÑOR, tus obras me ponen alegre, gritaré de gozo por lo que has hecho con tus manos.
5 SEÑOR, qué maravillosas son tus obras, qué profundos tus pensamientos.
6 Los perversos no entienden tus planes, son tan tontos que no pueden entender.
7 Aunque los perversos broten como la hierba, y de momento florezcan, todos los que hacen el mal sufrirán la destrucción eterna.