18 Y sus aros eran altos y espantosos, y los aros estaban llenos de ojos alrededor en las cuatro.
19 Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.
20 Hacia donde el espíritu iba, ellos iban allí adonde el espíritu iba, y las ruedas se levantaban juntamente con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
21 Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se detenían, se detenían ellas; asimismo, cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban juntamente con ellos, porque el espíritu de cada ser viviente estaba en las ruedas.
22 Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía un firmamento a manera de cristal maravilloso, extendido por encima de sus cabezas.
23 Y debajo del firmamento sus alas se extendían derechas la una hacia la otra; cada uno tenía dos alas con las que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro.
24 Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como la voz de un ejército. Cuando se detenían, bajaban sus alas.