25 Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis purificados de todas vuestras impurezas; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26 Y os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis juicios y los pongáis por obra.
28 Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
29 Y os salvaré de todas vuestras impurezas; y llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no os traeré el hambre.
30 Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis el oprobio del hambre entre las naciones.
31 Y os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no fueron buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.