48 Pero si entra el sacerdote y mira, y ve que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha desaparecido.
49 Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y madera de cedro, y grana e hisopo,
50 y degollará una avecilla en una vasija de barro sobre aguas vivas.
51 Y tomará la madera de cedro, y el hisopo, y la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las aguas vivas, y rociará la casa siete veces.
52 Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, y con las aguas vivas, y con la avecilla viva, y la madera de cedro, y el hisopo y la grana.
53 Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad a campo abierto. Así hará expiación por la casa, y quedará limpia.
54 Ésta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de tiña,