3 Yo, el SEÑOR, he apartado estos ejércitos para la tarea; he llamado a los que se gozan en su fuerza para que hagan esta obra, para satisfacer mi ira.
4 Escuchen el tumulto en los montes. ¡Escuchen a los ejércitos en marcha! Es el tumulto y el clamor de muchas naciones. El SEÑOR todopoderoso los ha congregado aquí,
5 desde lejanos países. Son las armas que emplea contra ti, oh Babilonia. Son portadores de su ira y destruirán toda tu tierra.
6 Griten aterrorizados, porque ha llegado el día del SEÑOR, el tiempo en que el Todopoderoso los aplastará.
7 Tienen los brazos paralizados de miedo; hasta los más recios corazones se derriten
8 y están llenos de miedo. El terror los atenaza con terribles dolores como los de la mujer a punto de dar a luz. Se miran unos a otros, indefensos, mientras las llamas de la ciudad incendiada se reflejan en sus pálidos rostros.
9 Pues vean, viene el día del SEÑOR, el terrible día cuando dará rienda libre a su cólera y gran ira. Entonces será destruido el país y con él todos los pecadores.