1 ¡Miren! ¡El SEÑOR está arrasando la tierra de Judá y la está convirtiendo en vasto campo desolado y destruido! Miren cómo saca a su pueblo de sus territorios y lo esparce por la tierra.
2 Sacerdotes y pueblo, siervos y señores, esclavas y amas, compradores y vendedores, prestamistas y los que toman prestado, banqueros y deudores: ¡nadie escapará!
3 La tierra será totalmente vaciada y saqueada. El SEÑOR ha hablado.
4-5 La tierra sufre por los pecados de su pueblo. La tierra languidece, los cultivos se marchitan, los cielos niegan la lluvia. El país está corrompido por el crimen; el pueblo ha torcido las leyes de Dios y ha quebrantado sus mandamientos eternos.
6 Por lo tanto sobre ellos cae la maldición de Dios: quedan aislados, destruidos por la sequía, pocos quedarán con vida.
7 Todos los goces de la vida huirán, la vendimia fracasará, no habrá vino, los festejadores suspirarán y llorarán.
8 No se escucharán más las melodiosas cuerdas del arpa ni la pandereta, se acabaron los días dichosos.
9 Ya no existen los gozos del vino y el canto, el licor se torna amargura en la boca.
10 La ciudad es un caos. Casas y tiendas están fuertemente atrancadas, como defensa contra el saqueo.
11 Se forman turbamultas que recorren las calles pidiendo vino. Se acabó el gozo, la alegría ha sido expulsada de la tierra.
12 La ciudad quedó en ruinas, sus puertas están derribadas.
13 Por todo el país sucede lo mismo; sólo queda un remanente.
14 Pero todos los que queden gritarán y cantarán de gozo: los del occidente alabarán la majestad de Dios
15-16 y los del oriente les responderán con alabanzas. Escúchenlos cantarle al SEÑOR desde los puntos más alejados de la tierra, cantando la gloria del Justo.Pero yo tengo el corazón abrumado de dolor, porque aún prevalecen por todas partes la maldad y la traición.
17 El terror y cautiverio del infierno son aún su experiencia cotidiana, hombres del mundo.
18 Cuando huyan despavoridos caerán en un hoyo, y si de él escapan, darán en una trampa, porque es del cielo que viene sobre ustedes la destrucción. El mundo tiembla bajo sus pies.
19 La tierra se ha derrumbado en completa ruina. Todo está perdido, abandonado y confuso.
20 El mundo se tambalea como lo hace un ebrio, se agita como una tienda en la tormenta. Cae para no levantarse más, porque inmensos son los pecados de la tierra.
21 En aquel día el SEÑOR castigará en el cielo a los ángeles caídos, y en la tierra a los orgullosos gobernantes del mundo.
22 Serán acorralados como prisioneros y puestos en calabozos hasta que se les juzgue y condene.
23 Entonces el SEÑOR todopoderoso subirá a su trono en Sión y gobernará gloriosamente en Jerusalén, a la vista de todos los dignatarios de su pueblo. Tan grande será el resplandor de esa gloria que hará desvanecer la brillantez del sol y de la luna.