1 El SEÑOR me dijo: ¡Grita bien fuerte, clama con voz de trompeta, no tengas miedo! ¡Reprende a mi pueblo sus pecados!
2 ¡Mi pueblo está lleno de hipócritas! Acuden al templo cada día y les encanta oír la lectura de mis leyes, como si fueran a obedecerla, como si no menospreciaran los mandamientos de su Dios. ¡Qué afán muestran porque se les enseñen leyes justas, y les encanta estar cerca de mí!
3 «Ante ti hemos ayunado», dicen, «¿por qué no te impresionas? ¿Por qué no ves nuestros sacrificios? ¿Por qué no escuchas nuestras plegarias? ¡Hemos hecho grandes penitencias, y ni siquiera te fijas!»Pero yo les digo la razón: Es que mientras ayunan se dedican a hacer negocios, y explotan a sus trabajadores.
4 Además, el día de ayuno ustedes se las pasan en pura violencia, maltratándose unos a otros ¡Cómo quieren que escuche sus plegarias con esa clase de ayuno!
5 Si a eso que ustedes hacen le llaman ayuno, ¡a mí no me agrada para nada! Para mí nada tiene que ver con el ayuno que ustedes hagan penitencia y se mortifiquen y doblen la espalda como junco y se vistan de luto y se acuesten sobre ceniza.
6 ¡Eso no es ayuno!El ayuno que a mí me agrada es que dejen de oprimir a quienes trabajan para ustedes y liberen a los que están esclavizados y que ¡acaben con toda injusticia!
7 Ayuno es que compartan su alimento con los hambrientos y que alberguen en sus hogares a los indefensos y menesterosos, que vistan a los que padecen frío y ayuden a todo aquel que necesite de su auxilio.
8 Los que practican esta clase de ayuno brillarán como la luz de la aurora, y el SEÑOR sanará todas sus heridas. Además, la justicia será su guía y la gloria del SEÑOR será su protección a sus espaldas.
9 Cuando me invoquen, yo les responderé. Si gritan pidiendo ayuda, yo les diré: «¡Sí, aquí estoy!»Si ustedes hacen desaparecer la opresión, si dejan de acusar a los demás y de levantar calumnias,
10 si dan de comer al hambriento y ayudan a los que sufren, entonces su luz brillará entre las tinieblas, y su noche será como luminoso día.
11 Yo, el SEÑOR, los guiaré de continuo, y les daré de comer en el desierto y siempre tendrán fuerzas. Serán como huerto bien regado, como manantial que fluye sin cesar.
12 Sus hijos reedificarán las ruinas de sus ciudades, por tanto tiempo convertidas en desiertas ruinas, y a ustedes se los conocerá como «Reparadores de muros caídos», «reconstructores de casas en ruinas»
13 Dediquen el día de descanso para honrarme a mí. No hagan negocios ese día, no lo usen para hablar de cosas inútiles. Más bien, disfruten el día de descanso con alegría y como un día especial dedicado a mí.
14 Si hacen todo lo que les pido, yo seré su verdadera alegría, y los llevaré de triunfo en triunfo, y les entregaré la tierra que les prometí. Yo, el SEÑOR les confirmo que así será.