19 pero tu cuerpo está tirado como si fuera rama desgajada; yace en un sepulcro abierto, cubierto por los cadáveres de los muertos en batalla; yace como carroña en el camino, pisoteado y deshecho por los cascos de los caballos.
20 Para ti no habrá monumento, porque has destruido a tu nación y has asesinado a tu pueblo. Tu hijo no te sucederá en el trono.
21 Maten a los hijos de este pecador. No dejen que se levanten a conquistar la tierra ni a reconstruir las ciudades del mundo.
22 Yo mismo me he alzado contra él, dice el SEÑOR todopoderoso, y troncharé a sus hijos y a los hijos de sus hijos para que jamás se sienten en su trono.
23 Convertiré a Babilonia en páramo para los puercos espinos, lleno de pantanos y ciénagas. Barreré el país con escoba de destrucción, dice el SEÑOR todopoderoso.
24 Dios ha jurado hacerlo, diciendo: Tal es mi propósito y mi plan.
25 He resuelto quebrantar el ejército asirio cuando esté en Israel, y aplastarlo en mis montes. Mi pueblo no será más esclavo suyo.