20 Y llamaré luego a mi siervo Eliaquín, hijo de Jilcías, para sustituirte.
21 Él tendrá tu uniforme, título y jurisdicción, y será un padre para el pueblo de Jerusalén y para todo Judá.
22 Le daré autoridad sobre todo mi pueblo. Lo que diga él se hará, nadie podrá detenerlo.
23-24 Lo convertiré en fuerte y firme percha que sostenga a mi pueblo. Sobre él echarán carga. Él llevará con toda honra su nombre.
25 Pero aquella otra percha que parece estar tan firme en la pared, el SEÑOR la arrancará. Saldrá y caerá en tierra, y cuanto ella sostenga la acompañará en la caída, porque el SEÑOR ha hablado.