7 Y todas las naciones que combaten contra Jerusalén se desvanecerán como una quimera.
8 Como el hambriento sueña con comer pero queda hambriento, y como el sediento sueña con beber pero queda atormentado por la sed al despertar, así sus enemigos soñarán victoriosas conquistas pero en vano.
9 ¿Se quedan maravillados, incrédulos? ¿No lo creen? ¡Pues adelante, y continúen ciegos si así ha de ser! ¡Torpes están, y no por la embriaguez! ¡Se tambalean, y no por el vino!
10 Porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes espíritu de profundo sueño. Ha cerrado los ojos de sus profetas y videntes
11 para que todos estos sucesos futuros sean para ellos como libro sellado. Cuando se lo entregan a uno para que lo lea, éste dice:—No puedo, porque está sellado.
12 Se lo dan a otro, y dice:—Lo siento, no sé leer.
13 Y entonces el Señor dice:Puesto que este pueblo dice que me pertenece pero no me obedece, y puesto que su adoración se limita a palabras y repeticiones de fórmulas de memoria,