6 Pero llegará el día en que mi pueblo me conocerá. ¡Sabrá quién es el que les dice: «¡Aquí estoy para salvarlos!»
7 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies de quienes traen la feliz noticia de paz y salvación, la nueva de que el Dios de Israel reina!
8 Los centinelas gritan y cantan de júbilo, porque con sus propios ojos ven al SEÑOR traer de regreso a su pueblo.
9 Rompan en jubiloso cántico las ruinas de Jerusalén, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén.
10 Ante los ojos de todas las naciones el SEÑOR desplegará su gran poder, y todas ellas contemplarán la salvación de nuestro Dios.
11 ¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!
12 No tienen que salir apresurados, ni salgan huyendo, ¡nadie los perseguirá! El SEÑOR, el Dios de Israel, marchará con ustedes y los rodeará y protegerá de todo peligro.