7 Toda la tierra descansa y está en calma; han prorrumpido en cánticos.
8 Sí, los cipreses se regocijan a causa de ti, y también los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido talador contra nosotros.
9 El Seol abajo se estremece ante tu llegada; despierta a los espíritus de los muertos para recibirte, a todos los príncipes de la tierra; ha hecho levantar de sus tronos a todos los reyes de las naciones.
10 Todos ellos darán voces y te dirán: ¿También tú te debilitaste como nosotros y llegaste a ser como nosotros?
11 Descendió al Seol tu soberbia y el sonido de tus arpas; gusanos son tu lecho, y gusanos te cubren.
12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Derribado fuiste a tierra, tú que debilitabas a las naciones.
13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo. Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios y me sentaré sobre el monte de la congregación, hacia los lados del norte;