Isaías 8 RVR1909

1 Y me dijo Jehová: Toma una tabla grande y escribe en ella con estilete de hombre tocante a Maher-salal-hasbaz.

2 Y junté conmigo como testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.

3 Y me llegué a la profetisa, y concibió y dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz.

4 Porque antes que el niño sepa decir: padre mío y madre mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante del rey de Asiria.

5 Otra vez volvió Jehová a hablarme, diciendo:

6 Por cuanto este pueblo ha rechazado las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se ha regocijado en Rezín y en el hijo de Remalías,

7 por tanto, he aquí, el Señor hace subir sobre ellos las aguas del Río, fuertes y muchas, a saber, al rey de Asiria con toda su gloria. Él se desbordará sobre todos sus cauces y pasará sobre todas sus riberas;

8 y, pasando por Judá, inundará y se desbordará hasta llegar a la garganta; y la extensión de sus alas llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel.

9 Formad alianzas, pueblos, y seréis quebrantados; y dad oídos, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos y seréis quebrantados; apercibíos y seréis quebrantados.

10 Reuníos en consejo, y será anulado; hablad palabra, y no permanecerá, porque Dios está con nosotros.

11 Porque Jehová me habló de esta manera con mano fuerte y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:

12 No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen ni tengáis miedo.

13 A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.

14 Entonces él será un santuario; pero a las dos casas de Israel será piedra de tropiezo y tropezadero para caer, y será trampa y red al morador de Jerusalén.

15 Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán y serán quebrantados; se enredarán y serán apresados.

16 Ata el testimonio; sella la ley entre mis discípulos.

17 Esperaré, pues, a Jehová, quien esconde su rostro de la casa de Jacob, y a él aguardaré.

18 He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos señales y prodigios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos que mora en el monte Sión.

19 Y si os dijeren: Preguntad a los que evocan a los muertos, y a los adivinos, y a los que susurran y a los que murmuran, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?

20 ¡A la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

21 Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos; y acontecerá que, teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.

22 Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad de angustia; y quedarán sumidos en las tinieblas.