4 Y acontecerá que en aquel día la gloria de Jacob menguará, y se enflaquecerá la gordura de su carne.
5 Y será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.
6 Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres aceitunas en la rama más alta, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová, el Dios de Israel.
7 En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.
8 Y no mirará a los altares, obra de sus manos, ni verá lo que hicieron sus dedos, ni las imágenes de Asera ni los altares de incienso.
9 En aquel día, sus ciudades fortificadas serán como lugares abandonados en el bosque, o como la rama más alta que fue abandonada delante de los hijos de Israel; y habrá desolación.
10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación y no te acordaste de la roca de tu fortaleza; por tanto, plantarás plantas hermosas y sembrarás sarmiento extraño.