1 ¡Clama a voz en cuello; no te contengas! Alza tu voz como trompeta, y declara a mi pueblo su transgresión y a la casa de Jacob su pecado.
2 Pues me buscan cada día y quieren saber mis caminos, como nación que hubiese hecho justicia y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden juicios justos y quieren acercarse a Dios.
3 Dicen: ¿Por qué ayunamos y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto y oprimís a vuestros trabajadores.
4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño de iniquidad; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
5 ¿Es éste el ayuno que yo escogí, un día en que el hombre aflija su alma, en que encorve su cabeza como junco y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno y día agradable a Jehová?