11 Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que los hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en medio de él su santo espíritu;
12 el que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así un nombre eterno;
13 el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?
14 El espíritu de Jehová los hizo descansar como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.
15 Mira desde el cielo y contempla desde la majestuosa morada de tu santidad y de tu gloria. ¿Dónde están tu celo y tu poder, la conmoción de tus entrañas y de tus misericordias para conmigo? ¿Se han retenido?
16 Tú ciertamente eres nuestro padre, si bien Abraham no nos conoce, e Israel no nos reconoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; Redentor Nuestro es tu nombre desde la eternidad.
17 ¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos y endureciste nuestro corazón con respecto a tu temor? Vuélvete por amor a tus siervos, por las tribus de tu heredad.