8 Aunque se envejezca en la tierra su raíz, y su tronco muera en el polvo,
9 al percibir el agua reverdecerá y echará ramas como planta nueva.
10 Mas el hombre morirá y yacerá inerte; y perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?
11 Como las aguas del mar se evaporan, y el río se agota y se seca,
12 así el hombre yace y no vuelve a levantarse; hasta que no haya cielo, no despertará ni se levantará de su sueño.
13 ¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo y de mí te acordaras!
14 Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi servicio esperaré, hasta que llegue mi relevo.