24 y él con ímpetu y furor devora la distancia, sin importarle el sonido de la trompeta.
25 Cada vez que suenan los clarines, dice: ¡Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes y el vocerío.
26 ¿Vuela el gavilán por tu sabiduría y extiende hacia el sur sus alas?
27 ¿Se remonta el águila por tu mandato y pone en lo alto su nido?
28 Ella mora y se aloja en la peña, en la cumbre del peñasco y en lugar inaccesible.
29 Desde allí acecha la presa; sus ojos observan de muy lejos.
30 Sus polluelos chupan la sangre; y donde haya cadáveres, allí está ella.