Salmos 106 RVR1909

1 ¡Aleluya! Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.

2 ¿Quién expresará las obras poderosas de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas?

3 Bienaventurados los que guardan el juicio, los que hacen justicia en todo tiempo.

4 Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación,

5 para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me regocije en la alegría de tu nación y me gloríe con tu heredad.

6 Hemos pecado como nuestros padres; hemos hecho iniquidad; hemos cometido impiedad.

7 Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la multitud de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo.

8 Pero los salvó por amor de su nombre, para dar a conocer su poder.

9 Y reprendió al Mar Rojo, y se secó; y los hizo ir por el abismo como por un desierto.

10 Y los salvó de manos del enemigo, y los rescató de manos del adversario.

11 Y las aguas cubrieron a sus enemigos; no quedó ni uno de ellos.

12 Entonces creyeron sus palabras, y cantaron su alabanza.

13 Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo.

14 Se entregaron a un deseo desenfrenado en el desierto, y tentaron a Dios en el yermo.

15 Y él les dio lo que pidieron, pero envió flaqueza en sus almas.

16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, y de Aarón, el santo de Jehová.

17 Se abrió la tierra y tragó a Datán, y cubrió al grupo de Abiram.

18 Y se encendió fuego contra su grupo; la llama consumió a los malvados.

19 Hicieron un becerro en Horeb, y adoraron una imagen de fundición.

20 Así cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba.

21 Olvidaron a Dios, su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto,

22 maravillas en la tierra de Cam, cosas formidables junto al Mar Rojo.

23 Y dijo que los habría destruido de no haberse interpuesto Moisés, su escogido, en la brecha delante de él, a fin de apartar su ira para que no los destruyese.

24 Sin embargo, aborrecieron la tierra deseable; no creyeron en su palabra,

25 sino que murmuraron en sus tiendas, y no escucharon la voz de Jehová.

26 Por tanto, él alzó su mano contra ellos, para derribarlos en el desierto,

27 y abatir a sus descendientes entre las naciones, y dispersarlos por las tierras.

28 Se unieron asimismo a Baal-peor y comieron de lo sacrificado a los muertos.

29 Y provocaron la ira de Dios con sus obras, y se desató la mortandad entre ellos.

30 Entonces se levantó Finees y ejecutó juicio, y se detuvo la plaga.

31 Y le fue contado por justicia, de generación en generación para siempre.

32 También le causaron enojo en las aguas de Meriba, y le fue mal a Moisés por causa de ellos,

33 porque hicieron que se amargase su espíritu, y habló precipitadamente con sus labios.

34 No destruyeron a los pueblos como Jehová les había mandado,

35 sino que se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras

36 y sirvieron a sus ídolos, los cuales les fueron por tropiezo.

37 Y sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios,

38 y derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra fue contaminada con sangre.

39 Se contaminaron así con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos.

40 Se encendió, por tanto, la ira de Jehová sobre su pueblo, y aborreció su heredad.

41 Y los entregó en manos de las naciones, y los que los aborrecían se enseñorearon de ellos.

42 Y sus enemigos los oprimieron, y fueron subyugados bajo su mano.

43 Muchas veces los libró, mas ellos fueron rebeldes en su propio consejo, y fueron humillados por su iniquidad.

44 Él, con todo, miraba cuando estaban en angustia y oía su clamor;

45 y se acordaba de su convenio con ellos, y tenía compasión conforme a sus muchas misericordias.

46 Asimismo, hizo que tuviesen misericordia de ellos todos los que los tenían cautivos.

47 Sálvanos, oh Jehová, Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones, para que alabemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas.

48 Bendito sea Jehová, Dios de Israel, de eternidad en eternidad; y diga todo el pueblo: Amén. ¡Aleluya!