119 Como escoria hiciste desechar a todos los malvados de la tierra; por tanto, yo he amado tus testimonios.
120 Mi carne se estremece por temor de ti, y de tus juicios tengo miedo.
121 Juicio y justicia he hecho; no me abandones a mis opresores.
122 Sé fiador de tu siervo para bien; no me opriman los soberbios.
123 Mis ojos desfallecen por tu salvación y por la palabra de tu justicia.
124 Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.
125 Tu siervo soy yo; dame entendimiento para conocer tus testimonios.