3 Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían un cántico, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sión.
4 ¿Cómo cantaremos el cántico de Jehová en tierra extraña?
5 Si me olvido de ti, oh Jerusalén, olvide mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar si de ti no me acuerdo, si no enaltezco a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría.
7 Acuérdate, oh Jehová, de los hijos de Edom que en el día de Jerusalén decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia, la desolada, bienaventurado el que te dé el pago de lo que tú nos hiciste.
9 Bienaventurado el que tome tus niños y los estrelle contra la peña.