11 Si digo: Ciertamente las tinieblas me encubrirán, aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
12 Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fueron encubiertos de ti mis huesos, cuando en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, cuando no existía ninguna de ellas.
17 Y, ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!