7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.
8 Líbrame de todas mis transgresiones; no me pongas como escarnio del insensato.
9 Enmudecí; no abrí mi boca, porque tú lo hiciste.
10 Quita de sobre mí tu azote; estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
11 Con castigos por el pecado corriges al hombre, y deshaces como polilla lo más estimado de él; ciertamente, todo hombre es vanidad. Selah
12 Oye mi oración, oh Jehová, y presta oídos a mi clamor. No calles ante mis lágrimas, porque extranjero soy para contigo, y peregrino, como todos mis padres.
13 Aparta de mí tu mirada, y tomaré fuerzas antes de que me vaya y deje de ser.