1 Rebosa mi corazón de palabra buena; dirijo al Rey mi cántico; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
2 Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se ha derramado en tus labios; por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.
3 Ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente, con tu gloria y con tu majestad.
4 Y en tu majestad sé prosperado; cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad y de justicia; y tu diestra te enseñará cosas temibles.
5 Tus saetas agudas, con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.
6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino.