4 Veneno tienen, como veneno de serpiente; son como la víbora sorda que cierra su oído,
5 que no oye la voz de los encantadores, por más hábil que el encantador sea.
6 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, los colmillos de los leoncillos.
7 Sean disipados como aguas que corren; cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.
8 Pasen ellos como el caracol que se deshace; como el que nace muerto, no vean el sol.
9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos, así vivos, así airados, los barrerá él con tempestad.
10 Se alegrará el justo cuando vea la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.