17 Será su nombre para siempre; se perpetuará su nombre mientras dure el sol, y benditas serán en él todas las naciones; le llamarán bienaventurado.
18 Bendito sea Jehová Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas.
19 Y bendito sea su glorioso nombre para siempre, y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.
20 Aquí terminan las oraciones de David, el hijo de Isaí.