31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios, e hizo morir a los más robustos de ellos y derribó a los escogidos de Israel.
32 Con todo esto, pecaron aún y no creyeron en sus maravillas.
33 Por tanto, consumió en vanidad sus días y sus años en tribulación.
34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios y se volvían solícitos en su busca.
35 Y se acordaban de que Dios era su roca, y el Dios Altísimo su redentor.
36 Mas le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían,
37 pues sus corazones no eran rectos con él, ni permanecieron firmes en su convenio.